sábado, 31 de agosto de 2024

¡Clementine es hermosa!

Esto sucedió en Nueva Jersey
y está sucediendo en cualquier punto del planeta.
Quise caminar tan lejos para buscar algunas respuestas,
pretendí golpear a la ofuscación y cerrarle la puerta.

Yo era un hombre simple y sencillo como todos mis amigos.
Algunos decían, pero ya qué importa, pues ni siquiera existía
y yo los contradije voceándoles su hermoso nombre…,
es el nombre de un ser humano colmado de calor y respiro.

Durante esos meses le rogué a ella la no interrupción de la vida;
que las pinzas del Olimpo no eran la salida,
y, a pesar de estrujar su corazón, vendar sus ojos y tapar sus oídos…
aún la amo, y trabajo en ese perdón que a veces es esquivo.

Tengo que exculparla porque sé que vivió bajo la confusión,
pues estaba en el ring de la vida, bajo la inseguridad y las dudas;
ella tenía opciones y tomó la cita con la futura contrición.

Ella, en ese momento, como gente a mi alrededor,
deshumanizó a mi amada Clementine
porque no era suficientemente humana.

No supe del holocausto, sino horas después.
Hubiese querido que hablarán de ella y no de mi ahora luto.
Hubiese querido no imaginarla entre médicos haciendo de dioses.
Hubiese querido no verla plasmada y destazada en las redes.
Hubiese querido despedirla con el amor y el respeto humano,
pero, más aún, me hubiese gustado verla correr y jugar en un parque,
y, más aún, me hubiese gustado verla venir a mí por un abrazo.

Ya había fecha para vocear tu nombre, ya tenía fecha tu alentada de aire.
Ya había una fecha para ver tus manos, ya tenía fecha para sentir tu piel.
Ya había fecha para escuchar tu llanto, ya tenía fecha con tus sueños.
No tenían derecho de arrebatarme tu carita y el latido de tu corazón,
pero, más aún, no tenían derecho a que no vieras el color del mundo.

Por siempre, serás un ángel con el que hable desde el puro amor
porque yo aún soy su padre, huérfano y viudo de su amor.
Y mis preguntas quedarán en el aire, pues nadie se atreverá a responder:
¿Por qué mi hija no importa?, ¿por qué no fue suficiente sociedad…?
¿Por qué no tuvo la oportunidad de vivir…?
¿Por qué en vez de humana la llamas Zigoto?...


Me llaman Zigoto

Todo inició con un jugoso juego por dentro;
esa competencia que se da a diario en el planeta
de allí provengo humildemente entre millones.

Algunos creen que soy un fruto de supermercado,
una obra milagrosa o de algún error humano.
Yo era esa que anduve velozmente rodando
entre las cavernas de sangre y carne.

Había llegado ahí como una implantación,
y con voluntad pude pasar trancas y barrancas,
hice fiestas como cigoto, embrión y feto
estaba feliz de respirar mi propia vida y,
con patadas y latidos avisaba que existía
para luego llevar la bandera de gestar por la vida
y antes de tiempo vi asomar una luz que venía
pues la mano de aquel hombre; mi albor cegaría…



Thomas Kearns no quiere otra cosa que traer a su hija Clementine a casa
Tenía 20 semanas y estaba en el vientre de su madre cuando la mataron por aborto en marzo de 2024.
A los dos días de enterarse de que su bebé había muerto en un aborto.
Thomas Kearns señala que empezó a llamar al centro abortista donde afirma mataron a Clementine,
el Cherry Hill Women´s en Nueva Jersey, para preguntar cómo recuperar el cuerpo de su hija.
Sin embargo, el centro no le ha ofrecido ninguna ayuda ni a él ni a la madre de Clementine.




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