En el filo de tus suaves besos
vagabundeo descalzo por los bordes
inundados de carnosos bosques
que un día en nuestros sueños florecieron.
Deambulo sin creerlo, ¡y al verlo!...,
doy una galopada para buscarte y darte
la esmeralda que ya no vemos…,
la poesía del lejano verde…
Y llego adonde te dejé sentada
y el basal de mi corazón rebota,
ya no estás: ¡Eres un árbol!,
eres un símbolo de la vida
eres abono, eres savia,
eres raíces y pezones en estampida.
Mi alma no se despeña, sino se vigoriza
y te abres en el firmamento como brotes
para llegar al Sol.
Le doy gracias al cielo
por tú estar allí
y mojarme en un beso los pies.
Me ha llegado a mi correo, enviado por alguien que te admira: Ana Angela Marcano, a quien no conozco, pero que hablaba con tanta admiración por tus escritos que decidí mirar tu blogs y realmente me encontré con un gran escritor y gran poeta.
ResponderEliminarCon un estilo muy particular de palabras altisonantes, reinas entre plebeyas que me descolocaron al principio porque no sabía si era alaraca de quien quería mostrar erudicción o si era un estilo propio y no apropiado, evidentemente, después de leer casi todas las entradas de esta página, entendí que era un estilo propio, valido como todos. Me gustaría también, leer algo con un lenguaje más coloquial si tuvieras.
Un gusto haber pasado y sentir las piedras que suenan en tu río.
saludossss
Mónica Angelino
muy bueno como siempre
ResponderEliminarNo paro de sorprenderme ante la belleza de tus escritos... cada vez se pintan mas sensuales.
ResponderEliminarEste esta DIVINO!