Qué difícil
es no quererte
qué
espinoso es contemplar
amaneceres
y atardeceres
sin el
calor de tu mirar.
Qué difícil
es no quererte
qué
espinoso es elevar
hasta el
cielo las pupilas
y pensar
que tú no estás.
Qué difícil
es no quererte
qué
espinoso imaginar
el latir de
mi corazón
olvidando
tu palpitar.
Qué difícil
es no quererte
qué
espinoso es atrapar
en las
cuencas de mis niñas
el azul del
ancho mar.
Qué difícil
es no quererte
qué
espinoso es olvidar
el amor de
que te quiero
el amor que
ya no está.