En una insidiosa alegoría;
se juntaron bajo
de un árbol de Samán de Güere,
el muy noble les
proveyó la sombra del pensar
y allí:
como Los Cuatro
Jinetes del Apocalipsis;
decidieron:
victorias, guerras, hambre y muerte
como si les
perteneciera nuestro pasivo destino…
y así; despojarnos
de cada migaja de nuestro ser:
Nuestra bandera
con flamantes 7 estrellas;
mi hermano
corriendo en el extranjero;
Nuestro maestro
impulsor de ganas;
mi escuela que pena
entre las sombras;
Nuestro escudo en
el recuerdo del recreo;
mi frontera hecha
enemiga;
Nuestra madre que
fenece en el llanto;
mi tío el bonachón;
Nuestros medios de
recreación de décadas;
mi ejemplar padre
saturado de defectos;
Nuestras
históricas fechas de América;
mi abuela
pisoteada por las ganas de comer;
Nuestra arepa con
queso, sello de la casa;
mi risa de hombre
común por nuestras calles;
Nuestro amigo mas
cercano;
mi vecino salvador
de sal;
Nuestro párroco de
domingo;
mi novia
esfumándosele el alma en la calzada;
Y en una exégesis;
hoy no sé:
¡O yo
no estoy o son los míos que se fueron!